🥤 5 días haciendo un curso de BARISTA en Roma

Pau Ninja
7 min readJul 4, 2020

He vuelto de Roma después de estar una semana a tope haciendo un curso de barista. Me llevo a casa una experiencia inolvidable al módico precio de 1.000 euros. Todos estuvimos de acuerdo de que hubiéramos pagado más.

Holanda, Barcelona, Algeria, Suiza, Italia, Francia, Rusia, Noruega, Siria… Ya lo dicen que el café une a la gente.

Han sido 8 horas diarias (40 horas totales) pero ha pasado el tiempo muy rápido. Casi tanto como todo el café y la leche que tiramos por el desagüe practicando latte art.

Soy tan gracioso que al cabo de unos días estaba intentando hacer un nabo en el capuchino.

¿Lo recomiendo? pues ya te digo Rodrigo.

¿Qué características tiene el curso de café?

  • Curso + alojamiento: pagué 1.150€
  • Duración: 5 días
  • Horario: de 9 a 5 de la tarde (40 horas pero con una hora de descanso para comer)
  • Dónde: Roma (también se puede hacer en París)
  • Instructor: Fabio Milani, un crack

¿Con qué escuela hice el curso de barista?

Después de buscar muchas reseñas, opiniones y empollarme varias web, decidí tirar por European Bartender School.

Tienen escuela en todos los continentes y no sólo tienen el curso de barista, también de cócteles y expediciones con todo lo que es el mundo de la bebida.

¿Cómo era el profesor?

Fabio Milani. Un tipo de casi 50 años con el espíritu de un crío de 15. A pocas personas he conocido que desprendan tanta pasión por un sólo tema (el café).

Fabio (el instructor) preparando distintas mezclas para que pudiéramos probar.

Un profesor muy próximo (quedábamos con él para ir de restaurante o tomar cervezas). Abierto, transparente con mil anécdotas que contar y con unas ganas locas de enseñar.¿Cómo eran las instalaciones?

Sinceramente la escuela me sorprendió.

Me esperaba mucho menos y me encontré con una planta grande, increíblemente bien decorada, con la marca de la escuela, con espacio para el curso de cafetería pero también para los de cócteles, cocina, buenos baños e incluso espacio para el coffee flair (malabares con los platitos y el azúcar).

La zona donde pasamos la mayoría del tiempo. Con suficiente espacio para trabajar bien pero también poder socializarse e ir de un lado para otro. Yo, como siempre, haciendo el monguer.

Al entrar allí tuve la sensación inmediata de que realmente se habían gastado mucha pasta. La decoración daban ganas de estar allí, todo muy limpio y completamente preparado para lo que iba a hacer.

Al mismo tiempo que nosotros, a la sala del lado había otro curso de bebidas, con un grupo más grande y también muy bien equipado.

La zona de barman era más grande y equipada, pero también eran un grupo más grande.

¿Cómo era el alojamiento?

El apartamento compartido fueron sólo 150€ de más. Estábamos yo y un compañero compartiendo habitación, junto con otras tres estudiantes suizas.

Estábamos a unos 15–20 minutos caminando de la escuela y la estación de tren.

El sitio estaba totalmente equipado pero nadie terminó usando la cocina. Nos íbamos de pizza durante la hora de pausa del curso de barista y a cenar fuera cada noche.

¿Qué conocimientos adquirí?

Todo sobre la planta del café, el proceso de elaboración, las variedades, sus características. Pero en lo que nos centramos más, fue en la parte práctica: hacer expressos y sobretodo capuccinos.

La crema es todo un arte, y los últimos dos días nos centramos precisamente a esto. A intentar perfeccionar el uso de la leche y su consistencia para que pudiéramos incluso hacer dibujos (latte art).

Al cabo de unos días, ni tan mal.

También se hablo de otros tipos de preparaciones, pero todas se basan en el expresso y la crema.

Una de las chuletas para aprender a “hacer dibujos” con la crema de los capuchinos.

Las diferencias visuales de os distintos cafés son lógicas, pero hablamos de muchos otros parámetros.

Expresso malo, latte macchiato, caffe latte.

En todo el mundo un latte es lo que en Italia se conoce como latte macchiato. En la cafetería, una compañera pidió un latte y le sirvieron un vaso de leche solo. Nos echamos unas buenas risas.

¿Cómo me examinaron?

Pues sí. Hubo un examen final. Sinceramente no fue fácil pero Fabio cada día nos repetía un poco la teoría más importante, y sólo con un ratito de estudio el último día tuve suficiente para pasar con más de un 75% de aciertos el examen.

  • di 2 tipos de café arábica
  • qué es el “channeling”
  • cuáles son las 5 partes del grano del café
  • 3 métodos para recolectar de la planta
  • maneras de secar el grano (y cuantas horas)
  • cuantas maneras hay de sacar la cafeína del café (tipo test)
  • cuantos mililitros tiene un buen (y típico) espresso y cuanto tiempo se tarda en preparar
  • si un espresso se extrae durante 30 segundos contando desde que empieza a salir por el portafiltros, está… (tipo test)

Después tocó el test práctico.

Teníamos que preparar en menos de 5 minutos:

  • 2 espressos
  • 2 capuccinos
  • 2 vasos de agua

Todo servido con sus cucharitas, azúcar y como si se fuera a presentar al cliente.

Mientras nos hacíamos todo algunos capuccinos más y limpiábamos la estación de trabajo (otro punto que tocamos bien), Fabio nos sacó los certificados.

El certificado que me dieron después de pasar el examen.

¿Cómo fue el primer día?

La llegada a Roma

Unos días después de buscar mi vuelo, recibí un email de Klinta con instrucciones muy claras.

Al llegar al aeropuerto Fiumicino el día anterior de empezar el curso, sólo tuve que coger un tren (8€) directo a Roma Tampere. En 25 minutos estaba en la estación y ya tenía marcado en el mapa donde estaba el apartamento.

Fueron veinte minutos de caminata, me presenté delante de la puerta, llamé a Klinta y en cinco minutos ya me estaba dando las llaves, haciéndome firmar el contrato y enseñándome el apartamento.

Durante las próximas horas fueron llegando el resto de compañeros. Después de hablar un buen rato decidimos ir a dormir y quedar por la mañana para ir a tomar un capuccino de 1€ al bar de al lado e ir “al cole”.

El primer día del curso de barista

Caminamos los cinco desde el piso hasta la escuela donde nos esperaban Klinta y Fabio. Nos enseñaron las instalaciones, nos sentamos en la clase, fueron llegando compañeros, nos dieron un libro teórico (que sólo ojeamos pero que sin duda miraré más), y Fabio nos hizo presentar.

El curso de barista fue práctico total, pero el primer día fue el único en el que estuviéramos sentados mirando una presentación de 1 hora y media aproximadamente sobre la teoría del café.

A partir de aquí, el profesor nos empezó a enseñar las máquinas con rangos de 5.000 a 12.000€. A hablar del espresso, a darle a botones y hacer nuestros primeros cafés con grupos de dos por cada máquina.

¿Qué perfil de gente hay?

La más joven era Frida de Noruega. Con 19 años quería aprender sobre el mundo del café para encontrar algún trabajo de fin de semana.

Al final de la cola estaba Lars de Holanda. Un cachondo con menos de 50 años que me lo hizo pasar teta pero también tener buenas conversaciones filosóficas. Sin olvidar las historias de Pakistan con sus tres hijas rubias.

Al igual que yo, el hombre sólo quería hacer el curso de barista para aprender más sobre el café y su preparación.

¿Y los ratos libres?

Todos hicimos muy buenas migas. Sin importar edades, nacionalidades o empleos, comíamos todos juntos cada día y nos íbamos por ahí a visitar la ciudad, comer pasta, creepes, a beber en una cervecería o al bar Tiki, etc.

No visité casi nada por falta de tiempo y horas de luz, pero cuando cuerpo ya se había acostumbrado a estar levantado visitamos el Vaticano y alguna cosilla más.

Aunque hubo alguna intención de “salir de fiesta”, después de estar tantas horas de pie lo que tuvo más éxito fueron las recomendaciones del instructor de restaurantes para comer distintos platos italianos.

Aunque estábamos en la penúltima semana de diciembre, no nos faltó el sol durante el mediodía. Ni tampoco buena comida italiana o caretos míos en las fotos.

¿Qué hubiera mejorado?

Dos cosas hubieran podido ser mejores:

  1. el inglés de Fabio. Hubo cero problemas de comunicación, pero a a veces el acento italiano y alguna pronunciación confundió a algún alumno que tampoco tenía un dominio perfecto. Algo que sólo era motivo de risas y el propio Fabio fue el primero que nos advirtió.
  2. el residuo generado. No sólo la cantidad de litros de café y leche tirados (que es lógico que no nos lo vamos a beber), pero me hubiera gustado una separación más estricta en la separación de residuos plásticos y demás. También se lo dijimos al instructor que nos dijo que teníamos toda la razón, pero que el sistema de basura de Roma era una mierda e igualmente lo juntaban todo aunque se lo entregáramos separado.

¿Qué me llevé a casa?

  • una maldición: ahora cada vez que me preparan un café en la cafetería miro cómo lo hacen (casi siempre, mal)
  • saber que ahora, a parte de la la mini cafetera portátil que he estado usando para espressos, también puedo hacer un café genial con una cafetera V60
  • el certificado del curso
  • mucho conocimiento sobre el café, tanto la planta como la elaboración de la bebida
  • una experiencia de una semana inolvidable con nuevos amigos
  • sacar jugo de un visitar un sitio (Roma), que no sólo ir a mirar estatuas y cosas así
  • una gorra de calidad de la escuela que el instructor me dejó a 10€

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Pau Ninja

Ninja de la vida. 👨🏻‍🚀 Divulgando multipotencialidad en blog & podcast ➡️ https://pau.ninja